sábado, 20 de junio de 2015

Matar está mal,
pero quizá matar a un asesino es moralmente aceptable.
Hacer daño no es bueno,
pero quizá es justificable si lo hacemos por el bien de alguien.
Ser maleducado está mal visto,
pero se deja pasar cuando se tiene un mal día.

Ya hay más excepciones que confirman la regla que leyes en sí. Tantas grietas no pueden soportar peso durante más tiempo; no hay suficientes tiritas para tantos huecos. Creo que con cada perdón nos rompemos un poco más, con cada "no importa", "no es nada", "esta vez lo dejaré pasar".

Pero cuando sale el sol, se nos ciega la vista. Parece que cada amanecer nos salva de la noche anterior. Quizás acabemos definiéndonos por todas la cosas que perdonamos, o simplemente por las que perdonamos y no debimos dejar en el asiento de atrás.





Perdoné que no me llamaras,
igual que perdonaste que yo no te dejara entrar.
Y, al final, parecía
que estábamos esperando a ver quién 
volvía a empezar. 

viernes, 20 de marzo de 2015

Siempre pensé que nunca nos encontramos
porque tú saliste a buscarme
en el momento en que yo me senté a esperarte.
Tú nunca volviste a casa por si me perdías de vista.
Yo nunca me moví del sitio por miedo a que regresaras.
Y así se nos pasó la vida,
rellenando distintos crucigramas.

 Lying is a necessity. 
We lie to ourselves because the truth freaking hurts. 
No matter how hard we try to ignore or deny it, 
eventually the lies fall away, whether we like it or not. 
But here's the truth about the truth: it hurts. 
So we lie
                                                —Grey's Anatomy

sábado, 28 de febrero de 2015






Era un desastre cuando la conocí.
Y siguió siéndolo antes de irse.
Nunca supe si la quise de verdad
o si solo fue un acto de misericordia.
Eso decía ella.
Supongo que cuando estamos rotos
nunca sabemos si alguien nos quiere
por tener la belleza surrealista
y deformada
de los cuadros de Dalí,
o si es que se quieren a sí mismos
por intentar arreglar lo que
siempre estuvo hecho pedazos.

jueves, 15 de enero de 2015




Hay gente que cree en la calma tras la tormenta.
Hay otra gente que cree en la calma antes de la tormenta.
Y supongo que esa es una de las finas líneas que nos separan.




Recuerdo aquel día en que ambos nos encontrábamos en calma. 
Tú descansabas, creyendo que ya podríamos con todo. 
Yo, mientras, esperaba la caída. 

sábado, 15 de noviembre de 2014

 







Te eché de menos en el mero lapso de una canción,

como si fuésemos un público a la espera de su balada                                                                   [favorita.
Nunca es constante, ni invisible, viene y va,
como tener hambre o estar enfadado.
No quiero echarte de menos a intervalos,
me siento una nota musical.

martes, 7 de octubre de 2014

Me he dado cuenta de que en realidad lo que queremos no es que nuestros deseos se cumplan, o que nuestros más queridos sueños se hagan realidad; lo que en realidad queremos es mantenerlos incumplidos, para poder disfrutar del hecho de que seamos capaces de soñar y luchar por conseguir algo. Quizás sacia más la utopía de conseguirlo que tenerlo en tus manos. 

No sé.

Me he dado cuenta de que llega un punto durante el trayecto en que dejas de querer hacer las cosas bien. Dejas de querer ser mediocre para ser extraordinario, pues lo que está bien hecho no pasa a la posteridad, porque a todos les gusta lo que nadie más hace.

Y de todo esto me di cuenta una tarde, nada más llegar a casa, después de haber caminado por una acera paralela a la que tú caminabas, durante más de 10 minutos, pero continuamente separados por una extensa carretera.





"We keep this love in a photograph.
We make these memories for ourselves.
Where our eyes are never closing,
hearts are never broken
and time's forever frozen still."

viernes, 3 de octubre de 2014

Y supongo que la mayor parte de las cosas que ya he escrito 
son las historias independientes que nunca ocurrieron entre nosotros. 

Todo aquello que no me atreví a contarte.

Lo que escribí a escondidas, sin que nadie pudiera verme,
tras haberme encontrado contigo en pleno centro de la ciudad,
cuando montabas en bicicleta y yo me apretaba el gorro para no pasar frío en las orejas.

Todo aquello de lo que tus amigos,

y mis amigas,
se habrían reído si lo supieran.