-¡Me ha elegido a mí entre todas esas chicas! ¿Por qué yo y no otra? ¿Por qué sonríe de esa manera cuando se separa de mis labios? ¡Me ha dicho que me quiere! Me busca cuando falto, me llama cuando no aparezco. ¿Eso significa que no me quiere? Me promete cosas, muchas cosas, algunas las cumple y otras no ¿y eso qué? Yo también lo hago. Pero cuando me promete que esta tarde me dará una vuelta con su moto por toda la ciudad, que me besará bajo la luna y que me abrazará cuando esté mal yo le creo. Le creo porque dice la verdad, porque me ha elegido.

+No va a cuidarte. Es el tipo malo, ¿qué esperas de él? ¿Esperas que se enamore de ti? ¿Que cambie por ti? No. Él va a seguir siendo el que ha sido siempre, el que las trae a todas de calle. Eres una más en su lista. Eres otro nombre más, otro pelo castaño, otros ojos verdes. No eres más que otros tantos de besos más. No te quiere ni va a hacerlo nunca. No mueras por él, no le des todo. Se irá, se irá y no te quedará nada cuando desaparezca. Te dejará por otra, por otra más. Él se mueve así, de esta manera, besa, vuelve a besar y deja. Y repite el proceso tantas veces que ni él mismo recuerda cuántas veces lo ha hecho. No va a respetarte, ni a ti ni a tus decisiones. Y si no te gusta lo que hace lo hará de todos modos, aunque eso signifique hacerte daño a ti. Besará a muchas mientras tú estás en casa esperándolo, viajará con su moto en busca de otra chica que le dé lo que tú no le das.  ¿Y... y sabes qué? Que mientras tú estés sola en casa, durante uno de esos viajes tan largos que hace en busca de otros labios yo estaré al otro lado de tu teléfono, aguantando tus '¿cuándo volverá? le echo de menos'. Yo estaré ahí, apretando los dientes para no decirte que soy yo el que debería estar en tu cama todas las mañanas, el que debería abrazarte durante una maldita tormenta. ¡Pero tú no ves nada de eso porque él te tapa la vista!