jueves, 23 de agosto de 2012


Todo puede ser mejor, ¿me oyes? Es así de simple. No, no me mires con esa cara, porque estoy segura de lo que digo. ¿Acaso puede irte mucho peor que ahora? No, pues quita esa cara. Bien, analiza la frase. "Todo puede ser mejor". Ahora quítate esa pregunta de la cabeza, sí, ese estúpido "¿por qué las cosas van a ir mejor?" y pregúntate por qué no. Has sufrido, has llorado, has agachado la cabeza al pasar por delante de esas estúpidas, has dejado de reírte de aquella broma con tu mejor amiga e incluso has pasado de cotillear con tus amigas. ¿En serio quieres estar así? "No, pero no es fácil" "Quizás si quiera, soy una mierda" "Me da igual, sólo quiero morirme" ¡Nada de eso vale! Eh, hay que ser fuerte, hay que repetirse que todo puede ser mejor, que con tan sólo un cambio, un simple detalle, las cosas pueden cambiar y cambiar a mejor. Tan sólo plantéate eso, "¿por qué no?" Bueno y, ¿una sonrisita? Venga, por mí.

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