martes, 8 de enero de 2013


-No, no tires ese peluche. Lo echarás de menos en esas noches en las que no pararás de llorar. No deberías perder más el tiempo con esa chica, aquella rubita. ¿Sabes que cuando tengas quince años te arrepentirás de haberte mordido tanto las uñas? Y de beber tanta coca-cola, y de no aprender a tocar la guitarra... Y de tantas cosas que ya no puedo recordar. Cuida mucho a tu hermana, por favor, la echarás de menos cuando oigas un fuerte portazo y veas su armario vacío. ¡No tengas tanto miedo a irte a vivir fuera, elige esa opción cuando se presente! Por favor, haz todo lo que te pido.

+¿Por qué? Tan sólo soy una niña. Tengo aún nueve años y seis meses. ¡Ya tendré tiempo de cambiar! Me queda mucha vida por delante ¿sabes? Aquella rubita, como tú la llamas, es mi mejor amiga y sé que estará siempre conmigo. Mi hermana me quiere, no será capaz de dejarme nunca. Y tú... ¿quién eres para decirme todo esto?

-...Soy tú. Tú dentro de unos seis años. Soy la niña de pelo castaño y dientes de conejo que tú eres ahora mismo. Sólo que los errores y las malas decisiones han hecho que siempre esconda las manos, que eche de menos a mi hermana como si tuviera un hueco enorme aquí dentro, que esa rubita ahora ni siquiera me mire cuando nos cruzamos por el pasillo. ¡Mírame! Ni siquiera tú, a tu edad, querrías ser lo que soy ahora. Lo que serás. Oirás miles de veces que eres quién eres por todos los errores que has cometido, pero escúchame a mí, ¡escúchate más bien! No cometas los errores que cometerás, por favor. No seas quien soy ahora.

No hay comentarios:

Publicar un comentario