viernes, 29 de marzo de 2013

Dejadme hablar de sus piernas, muchachos, -dijo callando a los demás- que no miden kilómetros quizá, pero recorres desiertos y selvas por ellas, creerme. Y sé que ella es de las que se muerden las uñas pero las quieren largas, de las que no te llaman pero se enfadan si tú no lo haces, de las que te buscan hasta debajo de la lluvia pero hacen que no les importas. Así que, decidme, ¿la habéis visto con ojeras y ropa interior de seda un domingo por la mañana? Con sus moños de estudio y sus sudaderas de Mickey Mouse. Que dicen que lo que abunda no daña, pero, muchachos, yo de ella nunca tengo suficiente. Así que discutid por sus palabras, que yo me hallaré en su cama discutiendo por sus bragas.

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