domingo, 24 de marzo de 2013

Voy a dejarte ir. Voy a cerrar los ojos, aguantar las lágrimas y dejarte ir. Voy a olvidar que me sonreíste en la parada del autobús cuando yo era la chica nueva del barrio, que me abriste la puerta de clase de literatura, que me salvaste el culo cuando se me olvidó entregar el trabajo de inglés y que te pusiste delante de mí cuando intentaron tirarme un balón de baloncesto en la cabeza. Voy a hacer como si todo eso nunca hubiese pasado, y me voy a acordar de cuando estuviste a punto de ponerme los cuernos con mi mejor amiga, de cuando me dejaste plantada un sábado por la noche en el que llovía a cántaros, de cuando me gritaste que no querías ir al cine conmigo y preferías irte con tus amigos. Voy a acordarme de todo eso y voy a juntar las fuerzas necesarias para odiarte, para recordarme el tipo de persona que eres, para poder dejarte ir. Así que no digas una palabra más, o si no me vendrán a la cabeza los momentos en que cambiaría todo lo que tengo por una sonrisa de las tuyas. ¡Vete, vete de una puñetera vez y no vuelvas nunca más!

No hay comentarios:

Publicar un comentario