martes, 19 de marzo de 2013

-No se trata de ti ni de mí, se trata de esto, de lo que tenemos. El amor no es suficiente y eso lo sabemos todos. Dios, ¡eres insoportable! Te muerdes las uñas y no puedo soportarlo de la dentera que me da, duermes con calcetines, ¡por el amor de Dios! ¡Con calcetines! Y no te gusta mi música, ni leer, ni escucharme cantar porque desafino muchísimo. Eres un desastre, ni siquiera sabes hacer tu cama y me revienta esa manía tuya de contestar con un "vete a la mierda" cuando no estoy de acuerdo contigo. 
+Me odias, lo he pillado. Recogeré mis cosas y te dejaré tranquila; eres demasiado buena para mí ¿eso es lo que intentas decirme? Es eso, ¿verdad? Eso o que no me quieres ni un...
-¡TE QUIERO! Dios mío, ¡¿cómo no te das cuenta?! A pesar de todo lo anterior, y de ser el mejor ejemplo de que todos los hombres son unos imbéciles, te quiero. Y por eso no se trata de ti ni de mi, sino de esto, de que un día te acercaste y me dijiste hola, y desde ahí hasta que dejemos de querernos, nos tenemos el uno al otro. Hoy y siempre, ¿de acuerdo?

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