Querido diario mundo cualquiera que me lea:
Los sueños se hacen realidad. Y esto es la vida real, no es una película, soy yo, estoy aquí y vuelvo a decirlo más claro: los sueños sí que se hacen realidad. Ayer fue uno de esos días que llevas meses y meses marcados en el calendario, que vas tachando los días con el rotulador rojo que se va quedando sin tinta. De esos que cuando tienes hijos, se lo cuentas con todo lujo de detalles. 

Yo siempre pensé que el fanatismo, y todo eso de dar la vida y media por unos famosillos no te llevaría a ninguna parte. Curioso es que me haya llevado a ser feliz. Así que repito, que los sueños se hacen realidad. He oído miles de veces esa frase que dice "un sueño muere cuando se hace realidad" y yo digo que no, que no es cierto. Este sueño se ha cumplido, pero no ha muerto, sigue aquí, en las paredes de mi habitación, en los días pasados marcados con una 'x' en rojo, en las fotografías, en los recuerdos de ayer, y, sobre todo, en mí. Porque algo como volver a verles no puede morir nunca, porque la felicidad y las ganas de vivir no pueden morir, y eso es lo que ellos me dan.  

¿Cómo cinco chicos, salidos de un programa cualquiera de talentos en el Reino Unido, han podido hacer de mí la chica más feliz del mundo? Resulta idiota cuando lo digo en voz alta y no puedo sentirme más ridícula cuando grito que les quiero muchísimo pero, por suerte, el arte de escribir le da un poco de cordura. 

Me quedo con sus voces y sus ojos llorosos, sus sonrisas y las ganas de saltar, el dolor en los talones por la necesidad de verles más de cerca, la voz estropeada y las ganas de llorar de felicidad. Me quedo con ellos, siempre, pase lo que pase. Y es que cierro los ojos y sigo viéndoles, a unos metros de distancia, haciendo sintonía con todas nuestras voces. 
Tengo que hacer un débil punto y aparte, un apunte que necesito recordar. Me quedo con la armonía que sentí durante una de sus canciones más bonitas, Moments, cuando todos los fans subimos hacia arriba un pequeño cartel en el que ponía 'GRACIAS', con sus ojos de emoción y con, sobre todo, el instante en el que cogieron un cartel cada uno y siguieron cantando con él en la mano, con la sensación de grandeza que me entró en el pecho y la certeza de que son mis personas favoritas en todo el mundo. 

Y me quedo con algo, también, con una sensación. Al volver a casa y sentirme tan cansada, me quedé dormida en el trayecto. Pasaron unos minutos y abrí los ojos con la sensación de que todo había sido un sueño, de que era un día normal, de que no les había visto y sólo había sido mi imaginación. Y entonces sentir el dolor de garganta, la pesadez de mis piernas y el pitillo agudo en mis oídos y darme cuenta de que, y entonces de verdad, había sido un sueño hecho realidad.

GRACIAS ONE DIRECTION. SOIS LO MEJOR QUE TENGO. 

-¡Me ha tocado la lotería! -me dicen.

+Pues a mí me tocó ayer la lotería, el euromillón y todo el tesoro de la cueva de Alí Babá y los cuarenta ladrones -contesto.

                                                                                             Firmado: la chica de la sonrisa rota.