miércoles, 22 de mayo de 2013



La clave es esperar. Yo odiaba esa palabra, «esperar»... hasta que la entendí. Porque a veces lo único que nos queda es esperar. Es quedarse sentado en cualquier parte, o de pie en medio de la calle y esperar. Dejarle al mundo que haga el trabajo por ti, dejarte llevar por las circunstancias, por lo que la vida decida. «Esperar» ya no suena tan horrible desde que lo entendí. Pero no nos gusta esperar, ¿verdad? No. Somos más de "si Mahoma no va a la montaña, la montaña va a Mahoma". Pero el doctor tiene razón cuando dice que lo único que nos queda es esperar, o cuando la sopa se está calentando, sólo puedes esperar.
Hay algo que odio de esperar, algo que supongo que todos odiamos de ello. Tan simple como que nosotros no tenemos el control de la situación, tan simple como si se lo dejásemos todo a las cartas. Pero la clave es esperar, y créeme cuando lo digo, que a veces, sólo puedes esperar. 

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