lunes, 22 de septiembre de 2014

Me llevó mucho tiempo entender que no somos lo que hacemos cuando hay gente alrededor, que no somos un "hola, buenos días" o un "a mí también me gusta el café". Que quizá seamos las canciones que tarareamos cuando nadie nos oye o lo que ponemos en la televisión cuando nos dejan el mando libre. No somos el libro que abrimos un lunes a primera hora, pero sí lo que desayunamos, o decidimos no desayunar, un domingo por la mañana.

Y supongo que me llevó tanto tiempo comprenderlo porque en realidad no quiero saber la verdad. Porque no me gusta pensar que las fotografías que guardamos cuando tenemos visita o la ropa que se muere de risa en el fondo del armario es lo que en realidad nos define. Porque quizás odie saber que no somos mucho más que nuestra película favorita, ésa que tememos que no le guste a nadie más.

Una vez escuché que parte de a donde vamos es saber de donde venimos, quizá para saber qué buscamos, o quizá para no volver a un sitio así jamás. 

Tal vez sea eso entonces lo que nos defina.

6 comentarios:

  1. Volvió la inspiración... Y gracias por echarme de menos.

    ResponderEliminar
  2. Esperaba esta entrada como agua de mayo. Que meses más largos. Ojalá no se vaya la inspiración nunca más.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Es un placer escribir cuando me reciben así. Muchas gracias, de verdad.

      Eliminar
  3. Desde que te seguí, hace ya bastaaante, no entiendo porqué no me había decidido a comentarte diciéndote lo bonito que escribes. Porque sinceramente, tu blog es de lo más perfecto que he encontrado por aquí.

    ResponderEliminar