jueves, 23 de agosto de 2012


Duele, ¿para qué voy a mentir? Duele soñar todos los días con él. Odio soñar que está conmigo, que puedo tocarle. Sí, lo odio. No me gusta soñar una realidad que nunca será, porque, ¿qué ocurre cuando despierto? Me giro a un lado y no está. Y nadie sabe lo que duele. Camino por la calle y lo veo, y de pronto vuelvo al sueño, y me paro en mitad de la acera esperando a que venga y me abrace. Todo eso duele. Duele mirarlo después a los ojos y ver que la mira a ella. Es un dolor comprimido que te perfora el interior completamente. Así que ya no sé qué quiero. No sé si quiero soñar con sus besos, con sus caricias.. o prefiero no recordarlo cuando cierro los ojos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario