jueves, 22 de noviembre de 2012

"A veces, cuando se odia a sí misma y se pregunta por qué existe en el mundo, me entran ganas de acercarme y gritarle que existe para hacerme sonreír. Que yo no existiría si no fuese por ella. Que me muero de ganas de susurrarle al oído y de llevarla a cuestas de aquí al cielo pasando por un par de rascacielos. Que me vuelve loco cuando se hace querer y odiar en menos de treinta segundos. Que si de mí contase la existencia humana sólo nos habría creado a ambos. Que el cielo no sabe de atardeceres ni de noches estrelladas si no la ha visto sonreír. Que el mundo se mueve porque ella camina. Me gustaría que cambiase esa mirada ausente por mi presencia. Que me mirase en medio de ninguna parte y se olvidara de que soy un don nadie. Porque me gusta esa manera de mover el viento al son del su pelo y hacer brillar el sol al compás de sus bostezos. Que la vida no es nada si no oigo su nombre. Que me quiera, por favor, que sé de cuenta de ello ahora mismo si hace falta. Que si el mundo es mundo es por que nació alguien como ella" -pensó mirándola como si el fin del mundo estuviese a punto de llegar.

No hay comentarios:

Publicar un comentario