martes, 12 de febrero de 2013

Me llamó "princesa entre cuentos de terror". No supe qué quiso decir, aunque resultó demasiado tarde cuando quise preguntar. El tren se marchó, y con él la sonrisa de todas las mañanas. Empezó a llover. Ese día nadie dijo nada. Las horas pasaron y quise que volviese, y así descubrir la respuesta a mi pregunta. ¿Princesa entre cuentos de terror? Yo fui la niña de los vestidos de colores, la chica de la sonrisa rota y la joven de las ideas distorsionadas, pero nunca fui ese tipo de princesa. Hasta ese día. Meses después el tren volvió y a la estación llegó la primavera. ¡Ey! -me gritó desde lejos- ¡Sigues siendo la princesa entre cuentos de terror! Lo miré con las facciones arrugadas y el corazón en un puño. Quise preguntarle qué significaba, pero me contestó al volver a mirarle a los ojos. Lo eres -me susurró- eres la princesa entre cuentos de terror porque dentro de toda esta mierda, tú pones ese toque de color.

2 comentarios:

  1. Muchas gracias, de verdad. Aprecio mucho tu opinión. Siempre lo hice y lo sigo haciendo.

    Este texto tiene algo; no sé el qué pero algo. La última frase, será eso... Me ha encantado.

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