sábado, 30 de marzo de 2013

Quiéreme —me susurró aquella noche. Apenas pude escucharle, sentía los chillidos del crepúsculo en mis tímpanos, como grillos en la noche de San Juan. Yo estaba inmersa en la discusión que horas antes habíamos tenido. Los gritos, los golpes; todo sonaba reciente en mi atabal. Sentí su propósito de acariciarme el pelo con sus dedos, como rasgando las cuerdas de mi guitarra. Pero rechacé el contacto, rechacé sus brazos y todos los tatuajes, las uñas desmenuzadas de sus dedos huesudos y sus ojos, los que pedían clamor; un perdón que no encontró en los míos. 

              "Ya no me quieres, ¿cierto?" susurró, en su afán por resultar débil. 
        "Te quiero" pronuncié alto y claro"Pero me quiero más a mí misma".

Y no sé si fue el descenso lento pero eléctrico de sus pestañas, el suave contacto de sus pies desnudos sobre la madera o el portazo final, pero me quedé en la cama, baldada por la carga sentimental reciente. El temblor de mis dedos colisionaba con mis muslos, atrayéndolos hacia mí. El peso de la luna caía sobre el cielo crepuscular, haciéndome, y esa noche sí, una víctima más del absurdo monstruo de la soledad.

4 comentarios:

  1. Me gusta.
    Espero que me estés echando de menos, solo un poquito.

    ResponderEliminar
  2. ¡Soy yo abu! ^^ Ajajajaja Gracias por tu comentario, supongo que no sabías quien era... :)
    ¡Yo sabes que opino lo mismo de como escribes tu! Te prometo que, después de mas de dos años leyendo las cosas que escribes, tus historias, tus blogs, etc, aun no se como lo haces para que te quede tan espectacular. ¡ERES ENORME! :) ¡Un besito, yaya!
    PD: ¡Espero que me reconozcas! :P

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. ¡Oh dios! No tenía ni idea de que eras tú, jajaja. Jo muchas gracias, y que tú sí que eres enorme, ¡la mejor! Un besazo guapa ;)

      Eliminar