No me mires, no lo hagas.
Óbviame, es lo que quiero.
Deja que me vaya para poder vivir.
Porque el mundo es así, lleno de contradicciones.
Que si te quiero, que si te odio.
Que si "déjame marchar" o "haz que me quede para siempre".
La luna y el sol, así somos.
O más bien como un puto eclipse lunar, o solar, o yo qué sé cuantas metáforas más.
Es que quizás tú quieres un desierto y yo quiero un mar.
Porque ya sabes lo que dicen:
que ni contigo, ni sin ti.
que si el odio en un te quiero se convierte,
más veloz que una tarde soleada se vuelve una abrupta tempestad.
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