sábado, 3 de agosto de 2013


Apuesto a que no conoces a nadie como él.
No es fuerte, no es guapo, no es nadie especial.
Pero es del tipo «peligro, no pasar».
Parece que tiene el puto cartel colgado en la frente.
Nunca llegarás a buen puerto con él.
Puedes odiarle, 
y probablemente será lo que harás,
pero te sentirás igual si caes rendida a sus pies.
Quererle u odiarle, 
el tren descarrilará igual.
Tendrás suerte si te quiere, pero nunca te elegirá
(ni a ti, ni a nadie).
Y quizá te odie y entonces, quizá, podrás escapar de él.
Pero, créeme, nunca querrás dejar de sentir que todo a su lado puede pasar.
Que puede saludarte cuando os cruzáis por la calle.
Que quizás te mire o decida no hacerlo hasta que se quede atrás.
Porque es la chispa de la llama,
y a todos nos gustan los fuegos artificiales.

4 comentarios:

  1. Qué bonito! :) me encanta como escribes, aunque esa chispa de la que hablas.. no se si me gusta demasiado, el amor es bonito para vivirlo, pero sino eres correspondido será lo peor.
    Un abrazo!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. ¡Muchas gracias! :') Pero a veces no todo puede venir a nuestro favor, ¿no? Que no sea correspondido no quiere decir que no valga la pena vivirlo y sentirse llena de vida al ver a esa persona.
      Otro abrazo para ti.

      Eliminar
  2. ufff que que que... bien. Ostia no se puede decir otra cosa. Si es que adoro todo lo que escribes.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Ay, ¡muchísimas gracias! Me alegras los días con estos comentarios :')

      Eliminar