lunes, 28 de enero de 2013

"No sé quién es. No la había visto en mi vida" -dijo encogiéndose de hombros y dejando el rastro de su colonia antes de abandonar la habitación. Salí de entre las cortinas, aunque quisiera esconderme allí de por vida. "No soy nada, no soy nadie" -repetía mi cabeza aún inconsciente. Miré a un punto fijo de la sala y recordé todas esas miradas que pensé que habían sido para mi, sus ojos posándose en mi cuerpo, o incluso esa pequeña sonrisa que creía haber visto en su rostro al verme pasar. La certeza del paraíso se hacía cada vez más borrosa, dejándome con un aliento de abrupta tempestad. Me sentía derrotada, tan cansada que ni siquiera podía moverme. El peso de la mentira caía sobre mis hombros como caían las esperanzas en la caja de los contratiempos. Me creía la chica del kiosko, la de la esquina de su casa, la de la autoescuela del callejón. Me creía, no su chica, pero sí algo más que una conocida para él. Me había convencido tantas veces de que tan sólo era un chico para mí, no quizás otro más, pero sí sólo uno de entre los destacables de la lista... Y entendí que ya no iba a ser lo mismo, la misma, que una parte de mí se había ido con su colonia de los viernes.

2 comentarios:

  1. Me ha echo mucha ilusión tu comentario, aunque yo creía que ya me seguías y no quería obligarte y eso. Tenías razón, conocía la canción "One way or another", me gusta la cover, tengo ganas de escucharla entera.
    Te veo el lunes <3

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    1. Y no me obligas tonta, si me leía tu blog de todas maneras. Me alegro muuuucho de que te guste (me siento orgullosa, como si ellos fuese yo). :)

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